RESUMEN NAVIDADES 2009. SEGUNDA PARTE

Finalmente amanecerá y la Compañía partirá. Las Aguilas Gigantes compañeras de los Rohir llevarán a la Compañía hasta las inmediaciones del Bosque Verde, en el viaje Salva y Jardel harán vuena amistad con ellas.

Al entrar el Bosque Verde Salva empezará a brillar llegando a la conclusión de que algo no es exactamente normal. A las horas de adentrarse en el bosque la Compañía llegará a Hobinor, encontrando la ciudad arrasada. Se adentrarán en las ruinas de la anteriormente fantástica ciudad arbolea, ejemplo de simbiosis entre la naturaleza, los sabios elfos silvanos y los laboriosos y abiertos hombres de los Bosques. Al poco Jardel se encontrará con un perro comiendo algo sin identificar, al acercarse más verá horrorizado que el rostro del perro es humano y que su comida era el cadaver caliente de un eldar. Un certero pivote acará con la vida de la horrenda criatura.

A los cientos de cadaveres en proceso de descomposición se unirá la peor de las imagenes, el Arbol Palacio de la ciudad, de varios cientos de metros de altura había sido cortado y parcialmente quemado, cayendo y posandose en los imponentes arboles cercanos. La Compañía pasará varias horas en la ruinas, encontrado nada de vida pero si diverso botín, hierbas, algo de oro y algunas armas mágicas. Por todos lados hay evidentes señales de lucha, con ciertas caraterísticas, gran número de criaturas voladoras habían atacado la ciudad, y estuvieron apoyadas por criaturas enormes sin identificar, es posible que del tamaño de una serpiente alada o incluso mayor. Entre los restos se hallará la cronogología de los últimos meses y días de Hobinor, una caída que pudo haberse evitado.

Gracias a estos documentos la Compañía esclarecerá que el Vortize del Kaos se encuentra cerca de Robin, la ciudad al Sur del Bosque Verde. Partirán hacía allí, teniendo todo tipo de encuentros. En el primero de ellos Vividor se hará amigo de un curioso personaje, una ardilla con un pequeño cuerno como los unicornios; hallarán también conejos con cuerno de unicornio, monos y todo tipo de aves, todos les recibirán amistosamente, aunque con miedo en ocasiones. Tras el primer día de marcha en el bosque tendrán a suerte de presenciar algo mágico, un auténtico unicornio, comiendo placidamente en lo alto de un montículo. En cuanto se percata de su presencia desaparece pero no sin antes hacerles notar que algo oscuro se encuentra cerca.

En efecto, la Compañía se se dará cuenta que una maligna criatura esta cercana, acechandola ciudadosamente se encontrarán con un enorme Demonio del Kaos, de tres metros de alto, con forma y aguijón de Escorpion pero con dos cabezas de Hidra, no estará sólo, enormes líquenes vivientes formados en los árboles escupirán pivotes envenenados. Jardel será el que los descubra al ser el primero en probarlos, cayendo del arbol en el que se intentaba posicionar para flechear al demonio, a su caida el demonio lo enganchará al vuelo con sus fauces, por suerte sus compañeros saldrá en su ayuda. Inmanuel el Helmiano demostrará su enorme valía en la gloriosa lucha.

Después del enfrentamiento seguirá la marcha, tras horas de cierta desorientación pero continua marcha otro encuentro, un esplendido centauro, que al verse soprendido apuntara con su arco con una determinación de acero.

-¿Quienes sois? - Preguntará en Sindarin

Dudas iniciales, pero al final la respuesta. – La Compañía de la Hierba, hemos venido a rescatar a Gandalf del Vortize del Kaos.

- En ese caso, bievenidos, soy Midas, Rey de los Centauros.

Midas invitará inmediatamente a la Compañía a acompañarle, se dirige al Concilio del Bosque Verde, donde se decidirá que hacer. En la marcha se encontrarán con númerosos brupos de Hombres de los Bosques, Centauros, Elfos Silvanos, Unicornios y al fin, Driades y Ents.

En el claro sagrado cientos de todos los tipos de criaturas marravillosas del Bosque Verde están reunidas. Los Hombres de los Bosque les explicarán como después de la caida de Hobinor todos se dispersaron, quedando hoy sólo cientos de los miles de habitantes, los silvanos aunque menos presentes en Hobinor que los humanos también había tenido númerosas perdidas.

Nieuwe, el rey Elfo Silvano del Bosque Verde y Willem, Príncipe de los Hombres de los Bosques defenderán en el Concilio la necesidad de acabar con el vortize, Midas, así como Maast líder de los Unicornios y Barbol líder de los Ents y Driades están de acuerdo. Las Aguilas darán su aprobación y incluso de decidirá que es el momento de despertar al Dragon Verde del Bosque. La Compañía no se quedará al margen, su misión será la de inflitrarse en medio de la Batalla en el Mausoleo que se ha construido alrededor del Vortize y rescatar al Gandalf, no será facil.

Rápidamente la que se conocerá como la Batalla de Manwé tendrá lugar en las cercanías de Robin, el ejército formado será formidable.

200 Elfos Silvanos; 50 Elfos Sagrados de Elite; 100 Elfos Arqueros Sagrados, 300 Centauros entre ellos 50 de Elite capitaneados por Midas; 500 Hombres de los Bosques comandados por Willem, 20 Aguilas Gigantes, 5 Ents, 8 Driades y el Dragón del Bosque montado por Niewe. Nadie recordaba cuando se había formando un ejército así.

Sin embargo el Kaos no había perdido el tiempo, el Mausoleo estaba rodeado por una horda temible, nacida al amparo de la grieta entre el Palio y la Tierra Media:

300 Hombres Bestia, medio-humanos merdio cabras, 200 Guerreros del Kaos, humanos que había conseguido el favor de Theone (maldito sea su nombre) empalandose ellos mismos vivos y sufriendo lo inimaginable para conseguirla gracia del Kaos; 50 Guerros del Kaos de Elite; 200 Guerros del Kaos más con armaduras y armas ligueras debido a su escasez en el bosque; 100 adoradores del Kaos arqueros; 100 Gargolas; 25 Hechizeros del Kaos, 100 Demonios Desangradores Gigantes y por último 1 Dragón Demoniaco montado por un Comandante del Kaos.

La Batalla pasará a la historia por la heroicidad de las fuerzas del Bosque, en especial de Midas pero especialmente de Willem que demostrará que los Hombres de los Bosques pueden enfretarse a cualquier enemigo. En el fragor de la Batalla la Compañía se infiltrará en el Mausoleo tras dar muerte a docenas de enemigos

Al entrar en la estancia encontrarán un potro de tortura en el cual se encuentra Gandalf visiblemente demacrado. Tras él un enorme reloj de arena domina la estancia. En el recipiente superior del mismo se puede ver una gran cantidad de sangre, la cual mágicamente no cae hacía abajo como un chorro, sino gota a gota hacia el recipiente inferior, del que se pueden ver trozos mutilados de todo tipo de criaturas, hombres, elfos, centauros, unicornios...

Al avanzar oirán una siniestra risa, un sacerdote humano se encuentra encima del reloj de arena, tatuajes y marcas del Kaos pueblan su cuerpo semidesnudo. Les hablará en una mezcla de Lengua Negra y otra que no pueden reconocer. Unas nubes negras les rodearán, empezaran a toser y toser. Empezarán a escupir sangre y despues bilis. Vomitarán y se retorceran de dolor, finalmente perderan el conocimiento.


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Su despertar tiene lugar en un vacio infinito, el suelo es gris y sin ningún tipo de irregularidad. El cielo es también de color gris, con una luz uniforme que no llega de ningun lugar en concreto. Desorientados no sabrán a donde ir. Finalmente cuando caminen tras largas horas el paisaje se romperá por agrupaciones de madera esquelética formada por arboles blancos retorcidos. La luz no varía nunca, y la temperatura tampoco, un frío que se adentra en los huesos. De vez en cuando hay vientos mas gélidos aún, que al chocar con los árboles producen un sonido escalofriante.

Unas horas más tarde, cuando empieze al cansancio, el hambre y la sed intentarán descansar, al intentar beber de sus cantimploras les parece que beben diarrea, si intentan comer les parece estar comiendo babosas con trozos de cristal que les hieren. En su desesperación de pronto verán a lo lejos unas estribaciones montañosas. A medida que se acercan encuentran restos de paredes de edificios imposibles, algunos de ellos de cientos de metros de alto. Subitamente oirán un ruido lejano y otro sonido internimente que no pueden identificar.

Lo que ven a lo lejos no lo pueden creer. Una especia de carro sin animales que tiran de él se acerca desde las montañas. Tiene ruedas y se mueve pero nada parece que tira de él, un humo negrísimo sale por su lado posterior. En cuanto reconocen a varios orkos montados sobre él la Compañía se esconderá rápidamente. En las pequeñas ruinas que encuentran se encuentran algunos cadaveres en el suelo boca abajo, les pareceran guerreros del Kaos pero con armaduras perfectamente lisas y de fabricación que no pueden identificar.

El extraño vehiculo se acerca a las ruinas, deteniendo a una decena de metros de las mismas. Uno de los orkos sale del vehiculo, no lleva casi armadura aparente y aunque lleva un hacha en el cinto carga en sus manos un extraño artilugio. Les recuerda a una ballesta, aunque no ven pivotes, su pieza principal es un gran cilindro de metal del que sale lo que parece un gatillo, hay más partes unidas pero sin una razón obvia a primera vista.
El orko se va acercando a las ruinas con aire despreocupado, cuando esta a pocos metros Jardel le lanzará un certero pivote. El orko sin embargo tendrá tiempo para lanzar con su artilugio decenas de algún tipo de proyectil que rebotan por todos lados. Los orkos del vehiculo, asustados empezarán a disparar también, Jardel recibirá una lluvia de proyectiles, los que le alcanzan le causan un dolor sólo comparable a un rayo igneo, y son simple orkos....

Temerosos los orkos conduciran su vehiculo lejos de las ruinas sin dar tiempo a la Compañía a reaccionar. Inmediatamente inspeccionarán el cadaver del orko del que recuperan su arma y cuatro elementos de metal que no consiguen identificar. Sin saber que hacer pasarán los minutos, Jardel está bastante seguro del uso que le puede dar al arma, aunque no a ciencia cierta.

De pronto se oira un enorme estruendo procedente de las estribaciones montañosas que tienen en frente. Una enorme masa de humo se dirige hacia ellos, pronto oirán el característico Waaaagh de una carga orka, pero esta es diferente.

3 o 4 vehiculos como el anterior se hacercan rápidamente, de diferentes tamaños y formas, unos cargados de orkos otros, más pequeños y rápidos parecen cargar con versiones grandes de las armas del orko anterior. Detrás de ellos un par de docenas de orkos se acercan, todos armados con versiones de menor o menor tamaño de la ballesta escupe rayos. Para acabar la estampa les sigue un enorme monstruo, parece hecho de metal y se mueve pesadamente, dos enormes armas y dos enormes garras le dan un aspecto más fiero que al de una Hidra de Guerra.

La Compañía no se acobardará y se preparará para la lucha. Vividor rezará a Manwé y para sorpresa de todos lo que parecía guerreros del Kaos cobrarán vida, sus formidables armaduras brillan relucientemente y portan armas con mejor apariencia que las Orkas. Simplemente dirán “Tranquilos” y empezarán a disparar acertadamente contra los orkos.

Los orkos dispararán una lluvia de proyectiles, con pesima puntería pero con resutados devastadores cuando alguno daba en su objetivo. Jardel hará los propio con el arma incautada para caer inmediatamente 3 metros hacía atrás debido al enorme retroceso. La contienda en el Palio, con los fantásticos heroes de la Compañía de la Hierba enfrentados a los orkos con armas y vehiculos imposibles será fantástica. Los heroes descubrirán que los elmentos metalicos crean increibles explosiones con la que derribar a los vehiculos enemigos, Vividor será especialmente enfectivo en ello. De nuevo Inmanuel mostrará su increible valía en el cuerpo a cuerpo, donde estos orkos no son nada habilidosos. Sin embargo las potentes armas orkas causarán extragos, el enorme artefacto montado en el monstruo metálico será una lotería mortal cuando dispare. Entre sus disparos y el resto de armas mortíferas la Compaía será golpeada duramente, siendo dañando de manera horrible Soron-We, a quien le tendrán que preservar la vida, Jardel que quedará parapléjico y Vividor, que acabará con secuelas cerebrales, las cuales se unen a sus múltiples heridas anteriores.

A pesar de las bajas la Compañía resultará victoriosa, arrastrando los supervivientes a sus compañeros heridos. Se diriguirán a las montañas de las cuales los orkos había aparecido. Un pequeño desfiladero entre escarpados muros de roca será su única oportunidad, al avanzar este se irá estrachando, hasta el punto que sólo podrán seguir avanzando de uno en uno. Tras horas de marcha se abrirá de pronto una estancia con suelos y paredes del mejor mármol. En el centro una extraña bolsa de color granate. Después de las dudas Jardel decidirá meter la mano para sacar de el una fabulosa arma, un enorme hacha de guerra de unos materiales y adornos que parecen de otro mundo, el resto hará lo mismo, descubriendo que son poseedores de unas armas que sería la envidia de los orkos a los que se había enfrentado, son unos fantásticos regalos.

De pronto empezarán a toser y toser, desmallándose uno a tras otro.


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Para su alegría y sorpresa despertarán en el Mausoleo donde Gandalf y su secuestrador del Kaos. Magos y Animistas Elfos Sagrados estaban entonando unos cantos mágicos que enternecería al peor de los trolls, les habían traido de vuelta del Palio.

- ¡¡Estais vivos!! Exclamarán
- Por poco – la opinión de la Compañía (los que siguen conscientes) es unánime.
- ¿Pero que es eso que portais con vosotros? – El jefe de los animistas elfos señalaba con su mano las armás imposibles que (sin explicación aparente) habían venido con ellos desde el Palio.
- Es un regalo que hemos encontrado en el Palio – responderá Jardel en nombre de todos.
- Es un Regalos del Kaos, os dará enormes e inigualables poderes aquí en las Tierra Media, pero dar por seguro que tendrá horribles consecuencas para vosotros y para todos los que estén cerca de vosotros. – La voz del elfo era grave y severa, sin un ápice de amistad.

Tras unos momentos de tensión, en los cuales imagenes de enemigos destruidos con sus nuevas fantásticas armas se entremezclaban con sus ansias de poder pero también de reconocimiento, los miembros de la Compañía decidieron romper sus Regalos, al hazerlo estos estallarán como simple cristal contra el suelo.

- Habeis hecho lo correcto – Dirá Gandalf rascandose su dolorida cabeza – vamonos, tenemos mucho que hacer.
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Saldrán del Mausoleo para contemplar el triste espectaculo de los cientos de cadaveres de la Batalla de Manwé, en la cual las fuerzas del Bosque Verde demostraron cuan fuertes son todavía.

El ejército del Kaos fue aniquilado aunque el Bosque Verde ha sufrido muchas bajas, 48 Elfos Silvanos, 50 Elfos Silvanos de Elite Sagrados, 50 Arqueros Silvanos Sagrados, 100 Hombres de los Bosques, 5 Aguilas Gigantes y 7 Unicornios. Terribles perdidas para comunidades tan pequeñas, pero la victoría no será olvidada por generaciones.

La Compañía junto a Gandalf montará en las Aguilas Gigantes que los conducirán a Erengrad. Todos ellos son ahora portadores de la Marca de Manwé, el cielo es el límite.